Me obligo a creer en muy pocas cosas solo por ser incapaz de defender demasiadas ideas al mismo tiempo. Pero creo que somos como antenas, que depende del día recibimos más información en función de nuestra sensibilidad momentánea. Quizás por eso la gran diferencia entre los que tenemos que cargar con la amrgura de no poder hacer oídos sordos a toda esa información que recibimos y las personas que no se ven afectadas por esta fuerza, tenemos la obligación de asimilarla, transformarla y mostrarla, de modo que nuestro punto de vista, nuestro discurso, se alinee con el de aquellos que trataron de aliviar la angustia de decir o hacer algo que les permitiera seguir viviendo.
He vuelto a escribir porque no aguantaba más.
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