A veces está bien comprender lo importante que es estar solo. Hoy me lo recordaron. Estamos solos. Mi hermana fue a comprar las flores de su boda a un puesto callejero. El mercado se alargaba debajo de la vía del tren. Caminamos cogidos del brazo, a pesar de no contarnos ningún secreto. Vimos las caras alemanas, los olores alemanes, los gestos alemanes. Compré setas, las cociné y nos las comimos. Theo también. Jugamos en el parque. Y comí el wasabi más asesino de toda mi jodida vida. Me hizo llorar. De verdad.
01/09/2011 a 09:16
Me encanta tu blog, es como si estuvieses aquí. Besos!!
01/09/2011 a 23:41
precioso Pepo! que ratito tan agradable antes de apagar la luz.